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Santanyí es una localidad y municipio español situado en el parte suroriental de Mallorca, en las Islas Baleares. A orillas del mar Mediterráneo, este municipio limita con los de Felanich, Campos y Las Salinas. El municipio santañinero comprende los núcleos de población de Cala d'Or el más habitado, Santanyi capital municipal, Alquería Blanca, Calonge, Cala Figuera, Porto Petro, Llombards, Cala Santanyí, Cala Llombards, Son Moger y Cap d'Es Moro. Pertence a la comarca Migjorn y lo habitan 13.095 habitantes.

Santanyí se encuentra a 56 kilómetros por carretera de Palma, el medio más habitual para llegar hasta el municipio. La carretera, que en los primeros kilómetros es una autopista y que pasa junto al aeropuerto, atraviesa los municipios de Llucmajor y Campos. También hay un fácil acceso desde Manacor, la segunda ciudad de Mallorca. Se puede llegar a Santanyí con el transporte público. La compañía de autocares Darbus tiene una línea regular que une Palma y Santanyí.

El término municipal de Santanyí es rico en construcciones arqueológicas. Algunas están en estado ruinoso y otros han prácticamente desaparecido o se encuentran en lugares de difícil localización. Sin embargo, se pueden contemplar importantes y ricos vestigios de la vida de los primeros habitantes de Mallorca en todo el municipio, que se convierten en visitas muy didácticas. En Santanyí se pueden encontrar cuevas artificiales y naturales, sepulturas y, incluso, poblados amurallados.

La Plaza Mayor es el corazón del pueblo, el lugar donde se reúnen sus habitantes, se celebran las fiestas y el mercado. El Ayuntamiento y la iglesia, dedicada a San Andrés, son los dos edificios principales de este espacio. Hasta el siglo XIX un pozo público ocupaba el centro de la plaza. La iglesia parroquial. Se empezó a construir el 25 de julio de 1786, cuando el rector Nicolás Pons colocó la primera piedra del nuevo templo. Este hecho es el origen que la fiesta mayor de Santanyí se celebre este día.

En el término municipal de Santanyí no hay ningún plato típico que lo distinga de los otros municipios de Mallorca. Eso sí, se pueden degustar algunos de los platos mallorquines más típicos en los magníficos restaurantes que hay esparcidos en todo el término. Tres de las recetas más ilustres son las sopas mallorquinas, el frito -elaborado con pequeños de cordero-y la lengua con alcaparras. También son muy recomendables los variados embutidos que se hacen en la zona. Una de las características gastronómicas que hay que destacar de Santanyí es que cuenta con una importante industria quesera.

La vida nocturna es otro de los atractivos que ofrece la zona, que ha sabido combinar con gran maestría la tranquilidad y la diversión noctámbula. Además de las numerosas fiestas que se celebran al aire libre en las diversas localidades durante todo el verano, las zonas más turísticas cuentan con animados bares, restaurantes y discotecas, además de locales donde se ofrece música en directo. En este sentido, uno de los puntos más recomendables es cala d'Or.

Disfrutar de la naturaleza en todos sus sentidos es una de los principales atractivos que ofrece Santanyí. El parque natural de Mondragó tiene diversidad de ecosistemas: playas, costas rocosas, dunas y pinares. Además, cuenta con algunas calas vírgenes y paradisíacas, ya sean de arena o de roca. Los amantes del golf también cuentan con un magnífico campo de 18 hoyos en cala d'Or donde practicar su deporte. Además, a muy pocos kilómetros pueden encontrar otros campos para añadir variedad a la actividad.