El Torno es un municipio de la comarca del Valle del Jerte en de la provincia de Cáceres, comunidad autónoma de Extremadura, en España. Cuenta con una población de 972 habitantes. Su población se dedica básicamente a la agricultura y a la ganadería, destacando el cultivo de cerezas, aceitunas, frambuesas y patatas. Estas últimas dieron fama a los torniegos, conocidos en el Jerte como "patateros" o "patatiegos".
Hay numerosas gargantas y arroyuelos en sus inmediaciones, con aguas limpias y cristalinas. La sierra es un lugar apropiado para el senderismo y el parapente y hay numerosas chozas de piedra, de reminiscencias celtas.[cita requerida] Los paisanos torniegos son amables y conversadores y aún conservan rasgos dialectales en su forma de hablar, derivados del astur leonés de reconquista y encuadrados en la modalidad del altoextremeño.
De su patrimonio arquitectónico destacamos La iglesia parroquial católica de Nuestra Señora de la Piedad, dependiente del Arciprestazgo de Cabezuela del Valle, fue construida en el siglo XVI y tiene un retablo de estilo barroco. Los torniegos han estado muy apegados a su tradición y a la iglesia, de ahí que la mayor parte de sus fiestas sean de carácter religioso. Todas ellas apoyadas en la figura de la Iglesia, siendo esta el centro de todas las festividades.
En El Torno destaca la figura delPadre Rafael de la Calle y Sevillano, nacido el 28 de Enero de 1783 en este pueblo, fue confesor y consejero de la Real Familia de Don Carlos V, con la que compartió sus avatares. Cursó sus estudios eclesiásticos en Salamanca y Ávila, obtuvo un beneficio en la Catedral de Plasencia y se le nombra bibliotecario episcopal y rector del Seminario Placentino. Aconsejado por el carmelita Padre Cadete, ingresa en la Compañía de Jesús.
En el mes de diciembre comienzan las matanzas según la costumbre torniega, tres días antes de matar el cerdo se pica y se cuece el calabazo, para que esté bien escurrido. La víspera por la tarde se cuece y pelan las patatas, se devanan las madejas de cuerda para atar los embutidos, y se pelan y pican los ajos. El día de la matanza, ya amanecido, se sacrifica el cerdo. Se chamusca con helechos y escobas y se descuartiza. Las mujeres van a la garganta a lavar el vientre, los hombres pican las patatas, calabaza y carne para hacer los embutidos.
San Lucas, es la fiesta más representativa del sentir torniego. Antiguamente, dos domingos antes de la fiesta, se celebraba en la plaza la feria de machorras (cabra vieja que ya no sirve para criar). Cada familia compraba una para la fiesta, o —dependiendo de la economía— dos familias compraban una entre las dos. Era tradicional celebrar corridas en la plaza, cerrada con tablones para tal fin. Las reses traídas por los ganaderos del pueblo eran toreadas y luego devueltas, no siendo nunca sacrificadas. Venían numerosos forasteros de los pueblos vecinos
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La tradicional forma de celebrar las bodas no ha cambiado mucho. Los preparativos comienzan la semana anterior, en la que se hacen las "rosas", los "roscones" (bizcocho grande con forma de corona circular, que en el centro lleva colocado un ramo de claveles) y, ya la víspera, los "buñuelos", que se reparten entre vecinos familiares. La noche anterior se reúne toda la familia para cenar. El menú suele ser: chocolate con roscón y buñuelos, callos y patas de cordero con lomo curado del pueblo y arroz con leche. El día de la boda, la madrina acompaña al novio a buscar a la novia y todos juntos se dirigen a la iglesia con música. Al terminar la ceremonia se canta y baila "la Ronda del roscón".