Si hay una fiesta nacional que se conozca a nivel internacional sin ninguna duda esta es “los sanfermines” (esto debemos agradecérselo un poco a Ernest Hemingway y su obra “Fiesta”). Desde CasaSpain no queremos que dejes pasar la oportunidad de conocer esta increíble fiesta que se celebra en Pamplona cada año del 6 al 14 de julio desde hace 5 siglos.
El primer acto importante que no deberías perderte es el “chupizano”. Un cohete lanzado desde el balcón del ayuntamiento a las 12 del mediodía del día 6 de julio, es el pistoletazo de salida de las fiestas. Enfundado en tu atuendo blanco (que durará poco tiempo limpio) y tu pañuelo rojo, fúndete entre la multitud y vive con intensidad el famoso “¡Viva San Fermín!, ¡Gora San Fermín!”. Eso sí, ten cuidado si padeces un poco de claustrofobia, mejor mira este evento desde el balcón.
A partir del día siguiente y hasta el 14 de julio, a las 8 de la mañana, con una puntualidad digna de los ingleses, los mozos entonan hasta 3 veces los cánticos para que el santo los acompañe y los proteja durante el encierro.
Seguro que estás pensando “Si no me gustan los toros, ¿vale la pena ir a las fiestas de Pamplona?”. Y nosotros te decimos “¡Por supuesto que vale la pena!”. No importa que no te gusten los toros, la fiesta de San Fermín es mucho más que eso.
El “encierro” es algo que hay que ver al menos una vez en la vida. Eso sí, para pillar sitio en la Calle Estafeta o la subida de Santo Domingo o cualquiera de sus tramos, tendrás que madrugar mucho o tener mucho dinero, porque el alquiler de los balcones privados es algo caro, aunque vale la pena.
También puedes no madrugar, si vas directamente al encierro desde alguna de las orquestas o bandas de música que tienes en cualquier parte de la ciudad y que duran hasta las primeras luces del amanecer.
Hay que ser muy valiente para correr delante de la manada, porque a pesar de ser un recorrido cortito (menos de un kilómetro) entraña muchos peligros, no solo porque te embista un animal, sino por resbalarte y que te pisoteen, tropezarte con otros corredores, etc… Si eres de los valientes que quiere probar esta experiencia, sigue muy atentamente las normas del encierro, por tu seguridad y la de los demás.
Una vez que los toros y los mozos han llegado a la plaza (punto final del recorrido), empieza la suelta de vaquillas que dura aproximadamente una hora. Una cosa curiosa es que la gente se sienta en la puerta del toril para que la vaquilla salte por encima de ellos cuando sale, pero a veces hay tanta gente que la vaquilla no tiene más remedio que atropellar a los mozos.
Como colofón final de fiestas, el día 14 de julio a las 12 de la noche, se entona el famoso “Pobre de mí” y puedes acompañar al santo hasta la iglesia de San Lorenzo, donde duerme el resto del año hasta el siguiente “San Fermin” cantando el famoso “Ya falta menos”. Aquí hay canciones para todo.
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